viernes, 27 de enero de 2017

El Museo de Bellas Artes restaura la obra 'Virgen del Clavel'

'Virgen del clavel'. Fotografía de Alberto Corts


El Museo de Bellas Artes suma una nueva restauración a su amplio patrimonio pictórico. Se trata de la tabla denominada 'Virgen del Clavel', atribuida a Pedro de Villegas y fechada en la segunda mitad del siglo XVI. La restauración, que se ha llevado a cabo en los talleres del propio Museo, ha sido posible gracias al patrocinio de la Asociación de Amigos del Museo de Bellas de Sevilla.

El taller de restauración del MBASE está a pleno rendimiento en estos últimos meses. A la puesta a punto de todas las obras de Murillo que atesora la institución con motivo del Año Murillo, se suma el lienzo de grandes dimensiones 'El Jubileo de la Porciúncula', cedido durante diez años por el Museo Wallraf Richartz de Colonia y que completa, dos siglos después, el programa inonográfico que Murillo ideó para el convento de los Capuchinos.



Detalle de 'Virgen del Clavel'. Fotografía de Alberto Corts


Hace justo un año se presentaba la restauración de la tabla 'San Jerónimo Penitente', de Pedro de Campaña, autor fundamental en la transición del Gótico al Renacimiento en Sevilla y que no estaba representado en la colección permanente del Museo. Tras su restauración, la tabla 'Virgen del Clavel', formará parte del discurso expositivo de las primeras salas del Museo, completando la reducida pero a la vez exquisita selección de piezas renacentistas. La obra atribuida a Pedro de Villegas se suma a las esculturas de Torrigiano y a las pinturas de Luis de Vargas, El Greco o Villegas Marmolejo, referentes de la pintura andaluza y española del quinientos.

Detalle de 'Virgen del Clavel'. Fotografía de Alberto Corts


La intervención, realizada por la restauradora Carmen Álvarez, ha consistido en la limpieza de la superficie pictórica y en la desinsectación del soporte, realizado con tres piezas de madera de castaño. La restauración ha permitido conocer en profundidad la pieza y desentrañar algunos secretos de la misma, como el hecho de que no haya arrepentimientos o que sobre el dorado (reminiscencia de la pintura gótica) el autor realizó a pincel a mano alzada el dibujo de carácter vegetal que sirve como fondo a la escena en la que la Virgen es coronada por dos ángeles.

Detalle de 'Virgen del Clavel'. Fotografía de Alberto Corts


Con el objetivo de devolver la integridad a la obra, la restauradora ha utilizado la técnica del rigatino en aquellas zonas donde había lagunas de la capa pictórica. De este modo, a cierta distancia es posible ver la obra en su conjunto, pero al acercarse es perceptible la intervención por medio de unas finas líneas en aquellas partes que se habían perdido. Siguiendo las directrices actuales en materia de restauración, los añadidos se realizan en materiales fácilmente eliminables.

Detalle del marco de 'Virgen del Clavel'. Fotografía de Alberto Corts


Si bien la atribución a Pedro de Villegas no ha podido ser confirmada, la trayectoria de este pintor nacido en Sevilla en 1519 es tan interesante como desconocida por el gran público. A pesar de la gran fama que alcanzó en vida, la fortuna que amasó y su relación con el ambiente intelectual de la época (fue amigo de Arias Montano y de Juan de Malhara), lo cierto es que a día de hoy es un pintor bastante desconocido, quizá por la cantidad de obras suyas que han desaparecido a pesar de existir referencias escritas sobre ellas. Según recoge Enrique Valdivieso en su monumental 'Historia de la Pintura Sevillana', es probable que Villegas fuese hijo de pintor y que su formación se realizase en el taller familiar. Las pinturas que realizó para el Hospital de San Lázaro desde 1553 "consolidaron su prestigio en la ciudad". Fiel seguidor de la pintura italiana, la herencia de Alejo Fernández y Pedro de Campaña es más que evidente, logrando aunar en sus obras el estilo nórdico de ambos artistas afincados en Sevilla y las nuevas corrientes que llegaban de Italia a través de estampas y de los artistas que recalaban en la ciudad en busca del Nuevo Mundo. En esta obra precisamente se pueden ver ambos rasgos; por un lado el bellísimo rostro de la Virgen, así como sus manos, son claras referencias a la pintura italiana, mientras que los ángeles o el rostro del Niño tienen una gestualidad más propia de la pintura nórdica.

La inclusión de esta obra en el discurso expositivo del Bellas Artes ofrece un motivo más para visitar (o revisitar) la pinacoteca.


Gracias a Alberto Corts por las imágenes y la información facilitada para realizar este post.

2 comentarios:

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Una delicia de blog!!!

Sergio Harillo dijo...

Muchas gracias Mª Ángeles :)

¡Un saludo!