Arte y naturaleza se funden en perfecta armonía en uno de los monumentos más bellos de cuantos hay en Sevilla, el dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer en el Parque de María Luisa. El pasado jueves 22 de diciembre, aniversario de la muerte del poeta (Sevilla 1836- Madrid 1870), se celebraba la inauguración de la restauración del monumento erigido en 1911 por iniciativa de los Hermanos Álvarez Quintero.
El monumento a Bécquer es sin duda uno de lo más logrados artísticamente de la ciudad. La calidad de las esculturas labradas por Lorenzo Coullaut Valera, la composición del monumento y el simbolismo que encierra se han ganado por derecho propio ser uno de los espacios más queridos y apreciados por sevillanos y visitantes. El monumento se diseñó en torno a un ciprés de los pantanos, árbol que, por su crecimiento, ha motivado que el conjunto escultórico tenga que ser restaurado y ampliado en varias ocasiones. En la última intervención llevada a cabo por el Ayuntamiento, presupuestada en 55.000 euros, el monumento ha sido desmontado al completo para limpiar una por una las piezas que lo componen, así como para ampliar el banco sobre el que se asientan las figuras, que han recuperado su disposición original, alterada en una actuación anterior. De este modo, la figura de bronce que representa el 'Amor que hiere' vuelve a estar sobre las tres damas, tomadas de la Rima X del poeta y que representan el Amor ilusionado, el Amor poseído y el Amor perdido.
El homenajeado aparece sobre un alto pedestal, en un retrato que recuerda al lienzo que pintara su hermano Valeriano y que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. La calidad del pedestal, donde asoman retazos modernistas, es una auténtica maravilla, al igual que los ropajes y los gestos de las tres damas enamoradas. A los lados del poeta, dos figuras de bronce, el 'Amor que hiere', con su flecha apuntando hacia la figura del 'Amor ilusionado', y en el extremo contrario un ángel caído que representa el 'Amor herido', con un puñal en el costado, el arco de sus flechas tirado en el pedestal de mármol y una mano alzada hacia el poeta que tanto escribió al amor.
La intervención realizada sobre el monumento se ha completado con el arreglo de la Glorieta donde se ubica, con una renovación del pavimento de albero y el arreglo de la reja que cierra el conjunto. Con esta actuación el monumento a Bécquer recupera toda su belleza e integridad, devolviendo a la ciudad de Sevilla no sólo una de sus obras de arte público más importantes, sino un lugar muy querido y transitado por los sevillanos y amantes de la obra del genial poeta.
>> Más información sobre el monumento e imágenes del estado anterior a la intervención aquí
1 comentario:
Magnífica restauración. Es un monumento impresionante y uno de mis favoritos. A ver si los vándalos lo respetan..
Un saludo.
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