'Sevilla, Ciudad de compras', éste será el lema con el que el Ayuntamiento presente en Fitur, la Feria Internacional de Turismo que se celebra en Madrid desde el próximo 28 de enero, la oferta comercial de la ciudad a la comunidad internacional. Ante la decisión de crear un 'paquete' específico en torno a las compras, cabría hacerse un par de preguntas. La primera es si Sevilla es, realmente, un destino de compras que tenga algo que ofrecer completamente distinto y novedoso como para que la gente decida viajar a Sevilla atraídos por su oferta comercial. En una ciudad en la que los comercios tradicionales e históricos (los que realmente aportan valor) cierran por culpa de la crisis económica y la feroz competencia de las multinacionales y donde se venden como la panacea del comercio contar con un Costco, un Primark o un Ikea, ¿es lógico apostar desde el Ayuntamiento por este sector como elemento diferencial? Habrá que esperar a ver la oferta que presente nuestro Consistorio en Fitur, pero tomando como referencia experiencias pasadas, es más que probable que lo realmente innovador, puntos clave del comercio alternativo como la calle Regina o el entorno de la Encarnación (Soho Benita) se queden fuera de esta promoción, habida cuenta del nulo interés del Ayuntamiento por estas zonas comerciales. Si el Ayuntamiento quiere hacer una guía del comercio que realmente puede aportar valor y atraer clientela, sería más que recomendable que tomase como referente la web de DolceCity, el auténtico escaparate donde, a poco que se bucee, aparecen los establecimientos más atractivos de la ciudad.
La segunda nota curiosa en esta promoción es la apuesta por un sector como el comercial cuando siempre se ha vendido la imagen de Sevilla como ciudad cultural. A la hora de atraer 'clientes' (o turistas, que en Fitur viene a ser lo mismo) hay que vender aquello que te hace diferente, lo que puede generar un valor añadido. Si algo tiene Sevilla es Patrimonio, pero quizás a base de vender siempre lo mismo (Catedral, Alcázar y barrio de Santa Cruz) desde el Ayuntamiento han pensado que quizás sería interesante cambiar la foto fija de la ciudad para que no parezca que todos los años se repite el mismo stand. Lo más triste de todo es que Sevilla tiene tantísimo que ofrecer que resulta paradójico que siempre se recurra a lo mismo. Sevilla podría ser un potente foco cultural, pero parece que esa apuesta ya ha quedado relegada a un segundo plano, ahora interesa vender la campaña de Navidad y el consumismo, pero no la Cultura. Tenemos una red de teatros y salas envidiable con una cartelera teatral anual espectacular; nuestros museos albergan colecciones únicas y contamos con un Patrimonio que, a pesar de lo poco que lo valoramos, debería hacernos sentir orgullosos. Por alguna retorcida y extraña razón, todo eso parece no contar y nos empeñamos en no apostar por lo que realmente nos hace únicos. El año pasado se conmemoraron los 350 años de la muerte de Zurbarán, pintor que hizo de Sevilla su hogar, y la efemérides pasó sin pena ni gloria; dentro de dos años se cumplirán 400 años del nacimiento de Murillo, cuya relación con Sevilla es más que conocida, y no se está preparando absolutamente nada para conmemorarlo. Son sólo algunas pinceladas del profundo desinterés de esta ciudad hacia aquello que la hace única, la Cultura. Está muy bien que se dediquen esfuerzos a vender la Sevilla navideña o la comercial, pero ¿cuándo le toca a la Sevilla cultural? ¿Cuándo el Ayuntamiento (porque pedirle algo a las otras administraciones no sirve para nada) apostará realmente por la Cultura en nuestra ciudad?
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