sábado, 24 de enero de 2015

Patrimonio en peligro: Casa palacio en Argote de Molina


El peor enemigo de un edificio es el abandono, cuando pasan los años sin que nadie lo habite, el deterioro avanza inexorablemente. Es lo que le ocurre a la casa palacio que ocupa el número 30 de la calle Argote de Molina. Hace diez años comenzaron las obras de remodelación para convertirla en un hotel, pero las constantes alteraciones del edificio y el incumplimiento de la licencia de obras llevó al Ayuntamiento y a la Consejería de Cultura a paralizar las obras en varias ocasiones. Se trata de un edificio del siglo XVIII altamente protegido al que únicamente se le pueden realizar tareas de mantenimiento y conservación. Durante las obras apareció un pedestal de origen romano que hoy en día se conserva en uno de los patios de la Delegación Provincial de Cultura (y dónde no te dejan hacerle fotografías, por cierto).



Desde 2008 se encuentran paralizadas unas obras que parece que nunca se van a retomar. El destino ha querido que finalmente otro hotel se abra en la cercana Casa de los Pinelo, unos metros más arriba en la misma calle. Entre lo desaparecido durante las obras y lo que se haya perdido en el transcurso de estos años, quizás para cuando se pueda volver a entrar en el edificio ya no quede nada digno de mención, habiéndose perdido otro ejemplo del caserío histórico de la ciudad.

3 comentarios:

Sol dijo...

Conozco bien ese edificio, he entrado en varias ocasiones y por lo que recuerdo dentro no queda nada de mención, sólo un esqueleto de obras para un futuro hotel.

Líbero en zona dijo...

Gracias por poner el acento en este bello caserón. Ojalá sirva para mover el hilo de la sensibilidad hacia el patrimonio inmueble y la singularidad de nuestra tierra. ¡Enhorabuena por el aporte! Aunque he descubierto tu blog tarde, estoy súper enganchado al mismo.

Sergio Harillo dijo...

Una lástima, Sol. Por fotos antiguas se ve que conservaba zócalos de azulejos, techumbres de madera... En el famoso libro de Arquitectura Civil sevillana se toma como ejemplo de caserío del XVIII. Una pena que se haya ido perdiendo su interior. Al final siempre ocurre lo mismo, lo único que se respeta es la fachada y elementos como el patio, el resto, desaparece.

Muchas gracias, Isaac. Me alegro de que estés disfrutando del Blog. Aprovecho para dejarte un enlace a la única entrada que le dediqué al Teatro Llorens, ya que en una entrada anterior has hecho mención a este edificio. No es exactamente un reportaje sobre el teatro, pero contiene fotografías:

http://culturadesevilla.blogspot.com.es/2014/10/dialogos.html

¡Saludos!