miércoles, 14 de enero de 2015

El prestigio de la Cultura

Cartel anunciador del nuevo 'Multiespacio Imperial' que ocupará el Teatro Imperial de calle Sierpes

La Cultura vende, por alguna razón tildar algo como 'cultural' o apostar por un proyecto 'cultural' queda bien, da caché. Por ello, políticos y empresarios se suben al carro cultural para vender determinados proyectos. El Turismo cultural está en alza, las franquicias culturales crean puestos de trabajo y son potentes motores económicos, los grandes centros culturales se venden como dinamizadores del entorno, etc. Luego, en la realidad, nada es tan bonito como lo pintan. Ahí tenemos el ejemplo del Espacio Andaluz de Creación Contemporánea de Córdoba, aquel bonito proyecto que iba a ser el emblema de la capitalidad cultural de la ciudad de los Omeyas y que ahora no se sabe con qué rellenar.

Al margen de lo mediático que pueda llegar a ser anunciar proyectos culturales, existe una razón mucho más práctica a la hora de tildar determinadas iniciativas como culturales o incidir hasta la saciedad en que determinado edificio va a albergar actividades culturales, aunque en la práctica se vaya a convertir en un centro comercial. En Sevilla tenemos varios ejemplos. El mercado de la Puerta de la Carne se ha vendido como un proyecto "eminentemente cultural" cuando sólo 500 de sus 3.000 metros cuadrados van a tener un uso cultural esporádico. Lo mismo pasó con el Mercado gourmet de las Naves del Barranco, en cuya presentación se insistió una y otra vez en la vertiente cultural del mismo ya que acogería exposiciones, presentaciones y diferentes actividades culturales que a la hora de la verdad han pasado a un tercer plano. En realidad, se incide tanto en la parte cultural porque estos edificios están declarados SIPS, es decir, Suelo de Interés Público y Social y por lo tanto, decir que son meramente edificios comerciales chocaría con el uso establecido en el Plan General. También tiene una calificación peculiar el Teatro Imperial de la calle Sierpes, al ser SIPS, sólo puede acoger determinados usos y para evitar malentendidos, el nuevo 'Multiespacio Imperial' también acogerá 'Cultura y Eventos', así, en general.

Luego existen otra serie de proyectos que por mucho que los quieran disfrazar, es prácticamente imposible. Es el caso del denominado Paseo del Arte, en la ribera del Guadalquivir a la altura del Puente de la Barqueta. La protección de la dársena unido al uso ciudadano que tiene este espacio impedirían publicitar este complejo como un conjunto de bares y terrazas de copas, así que para evitar crispaciones, se le pone un nombre cultural y se apuntala el proyecto con la coletilla de que va a acoger decenas de actos culturales. El problema es que los actos culturales no suelen generar un rendimiento económico, por lo que resultaría inviable para un empresario montar un mega complejo junto al río donde se celebrasen exposiciones, charlas, conferencias, coloquios y conciertos. Lo que da dinero es que la gente consuma en la barra, lo otro, es meramente circunstancial, pero fundamental para que el proyecto salga adelante, aunque lo cultural sea algo únicamente nominal.

En varias ocasiones hemos lamentado la falta de un modelo de ciudad que permita un desarrollo equilibrado y con visión de futuro. Una vez abandonado el modelo cultural (si es que alguna vez aspiramos a él) es momento de buscar un nuevo rumbo, pero seguir utilizando el nombre de la cultura en vano crea expectativas que luego se traducen en frustraciones.

2 comentarios:

Líbero en zona dijo...

¡Enhorabuena por esta entrada! Coincido en la mayoría de lo que afirmas y lo has explicado de 10. Lástima que la cultura se menosprecie y sirva como maquillaje de otras intenciones en absoluto culturales. Gracias Sergio. ¡Eres un crack!

Sergio Harillo dijo...

Muchas gracias por tu comentario, Isaac. Me alegro de no estar solo en esta batalla, muchas veces cuando escribo no sé si hay más gente que piense lo mismo, pero gracias a este Blog me doy cuenta de que la Cultura es un tema que nos interesa y preocupa a muchos.

¡Saludos!