La sala de exposiciones del Espacio Santa Clara acoge hasta el 20 de julio la exposición 'Todas las circunstancias son el marco', una retrospectiva del escultor Julio López organizada por el Ayuntamiento con ocasión de la presentación del nuevo monumento a Antonio Machado realizado por el artista madrileño.
Hombre del Sur
La exposición hace un repaso por la trayectoria de Julio López con piezas de gran calidad como 'Hombre del Sur', de 1972 o 'Un pintor para el museo del Prado', de 1989. En ambas piezas se puede apreciar el tratamiento que el escultor hace de la materia y cómo el realismo, en sus manos, se llena de matices que recuerdan a la escultura monumental del siglo XIX pero con la reflexión de Rodin y las vanguardias. Una escultura que dentro de su clasicismo abraza la contemporaneidad.
El epicentro de la muestra es el monumento a Antonio Machado, compuesto por dos piezas, un relieve y una escultura exenta. Esta pieza fue un encargo del Ayuntamiento que se le hizo a Julio López en 1991 a través de Jesús Aguirre, comisario de la ciudad para la Exposición Universal de 1992. Las circunstancias de la época, con la conocida enemistad entre el duque de Alba y el entonces alcalde de la ciudad, hicieron que la obra quedara terminada pero sin instalar, aguardando durante más de veinte años en el estudio del artista. Recientemente el Ayuntamiento se volvió a poner en contacto con el escultor para retomar el proyecto y finalmente, cuando acabe la muestra, la pieza se instalará en el lugar para el que fue concebida, la fachada del Palacio de las Dueñas, lugar que tiene una especial relación con la obra machadiana.
La escultura en sí se basa en el retrato fotográfico que le realizaron a Machado en 1933 en el café madrileño de las Salesas. En la parte inferior del relieve aparecen los álamos de libera del Duero y una lectora ensimismada en la obra del poeta sevillano. La pieza se complementa con una escultura exenta en la que aparece la misma lectora, abocetada (no tiene cabeza ni piernas) y reflejada en la mesa donde se apoya. Una escultura peculiar que da un paso más en el monumento conmemorativo pero que no deja de apoyarse en la tradición escultórica pública con la efigie del representado.
Un pintor para el Museo del Prado
Aprovechando la visita a la exposición, siempre es una delicia detenerse unos instantes en el claustro renacentista de Santa Clara, un espacio en el que el tiempo se detiene y en el que es fácil abstraerse y regresar a otra época donde el ajetreo del mundo quedaba fuera de los muros conventuales.
Horario: de martes a sábado de 10 a 14 y de 17 a 21 horas, domingos y festivos de 11 a 15 horas. Hasta el 20 de julio.
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