El Ciclo de Encuentros organizado por Iniciativa Sevilla Abierta para debatir sobre la Sevilla de los próximos años celebró ayer uno de los encuentros más interesantes de todo el ciclo, el dedicado a las propuestas para reutilizar los espacios y edificios desaprovechados de la ciudad. Durante dos horas, los diferentes invitados analizaron (más bien radiografiaron) la ciudad para presentar una serie de conclusiones fruto de años de trabajo a pie de calle. Quizás por el punto revolucionario y práctico de las intervenciones de ayer, sus propuestas sean las que más fácilmente se podrían llevar a la práctica.
Sara de Giles Dubois, profesora de la Escuela de Arquitectura, urbanista y miembro del Estudio MGM abogó por algo tan sencillo como la libertad de recorrer nuestras ciudades. A través de una serie de ejemplos, fue escenificando cómo debería ser el Urbanismo menor en contraposición al Urbanismo de parcelas, colores y planes cerrados que impera en España. Especialmente crítica fue con los cerramientos y las vallas que pueblan nuestras calles, plazas y jardines, unas barreras físicas que impiden que el ciudadano pueda moverse libremente por su ciudad, acortando y siendo partícipe de lo que ocurre dentro y fuera de un determinado recinto. Muy interesante fue también su crítica a la arquitectura hermética al exterior, que encierra como un tesoro la vida en el interior de las manzanas y crea un clima de inseguridad en las calles desiertas. Contra todo ello, De Giles aboga por un Urbanismo más abierto, más permeable y con un tejido urbano más cohesionado, una práctica que se está llevando a cabo ya en otros países de Europa pero que en España no termina de cuajar por el miedo a perder la privacidad y por el encorsetamiento de los técnicos encargados de diseñar las ciudades.
Anoche fue la primera vez que escuché hablar en persona a Santiago Cirugeda. Había leído sobre él, había leído entrevistas y conocía sus proyectos, pero sin duda es al escucharlo directamente cuando sientes la pasión con la que vive el Urbanismo y sus ganas de cambiar el mundo. Su intervención giró en torno a la autogestión, al reciclaje, a la arquitectura hecha por y para el hombre, en definitiva, otra forma de entender nuestras ciudades. Experiencias como La Carpa o su proyecto para las naves de Renfe en San Jerónimo son un ejemplo de cómo hacer las cosas de otra manera, lejos del star system, sin proyectos desorbitados y recurriendo a lo que tenemos a mano: materiales reutilizados, colaboración ciudadana, crowdfunding... Un tema que fue apareciendo en todas las exposiciones fue el nulo interés de las administraciones por hacer las cosas de otro modo, la negativa de los técnicos a facilitar este tipo de acciones y sobre todo, las piedras en el camino que te vas encontrando por parte de las administraciones. ¿Por qué tanto impedimento? Anoche se dejó claro, hay miedo en los políticos y en las administraciones a que los ciudadanos se organicen por su cuenta y de forma más asequible porque entonces, ¿para qué sirven los políticos? Interesante reflexión que deja la puerta abierta a múltiples interpretaciones.
La tercera intervención vino de la mano de la psicóloga Celia Castro, miembro de la Asociación Descentrados cuyo objetivo es acercar la cultura a los barrios reutilizando espacios en desuso y abandonados. En Cultura de Sevilla ya dimos a conocer su principal proyecto, la conversión del Mercado de Cruzcampo en un centro sociocultural autogestionado. Celia fue narrando la evolución de este proyecto desde sus primeras actividades con los vecinos del barrio hasta su presentación al Ayuntamiento. De nuevo se puso sobre la mesa el miedo de la administración local y las dudas sobre un proyecto que se sale de lo 'normal' y que viene desde la sociedad civil. Las trabas son muchas, pero las ilusiones también.
Por último, Laura Calvarro, copropietaria de Delimbo Art Gallery cerró las intervenciones con un alegato claro: si crees en algo, si quieres cambiar las cosas, no dejes que nadie te cierre la puerta, lucha por conseguir tu sueño. Laura dio a conocer diferentes proyectos puestos en marcha por Delimbo, como su propio espacio artístico (dentro del Soho Benita), la intervención de Olek sobre la escultura del Cid o la reciente colaboración de varios artistas para pintar una serie de murales en el Polígono Sur, un proyecto social del que se sienten particularmente orgullosos por el respeto y el trabajo con el que han colaborado los vecinos del barrio.
Cuatro intervenciones a las que se sumaron las palabras del moderador Carlos Mármol, siempre certero en su análisis sobre el Urbanismo de la ciudad. Cinco formas de ver el mundo mucho más realista y sincera que los discursos repletos de promesas incumplidas de nuestros políticos. A veces las utopías son mucho más fáciles de conseguir de lo que pensamos, pero el poder y su miedo a los cambios están siempre al acecho para evitar que la ciudadanía tome las riendas de su vida. Se dijo anoche muy claro, el pensar nos hace libres y desde arriba hay mucho miedo a que pensemos porque si lo hacemos podemos darnos cuenta de que las cosas no son como deberían ser y de que la culpa de los grandes males de la Humanidad tiene nombres y apellidos que vemos todos los días en los periódicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario