viernes, 26 de julio de 2013

Urbanismo a la carta


Poco a poco Sevilla va recobrando las malas costumbres. O quizás nunca las perdió. El Urbanismo a la carta es una tónica general en nuestra ciudad, supeditar el interés de una ciudad entera en beneficio de unos pocos. Mucho se ha hablado y criticado sobre proyectos como la Torre Pelli y su baile de metros cuadrados, el Metropol Parasol y la privatización de una plaza pública durante cuarenta años o la malograda biblioteca del Prado, que iba a dotar de contenido a unos jardines también públicos que, a día de hoy, poco uso tienen.

Pasan los años y todo aquello que tanto se criticó, lo que tanta polémica creó y que el actual alcalde censuró, se repite una y otra vez. No importa quién gobierne porque los intereses generales siempre se ponen al servicio de unos cuantos. Está pasando con el IKEA (se va a cambiar el PGOU para que la multinacional pueda construir más metros cuadrados de los permitidos, nosotros le vamos a pagar la SE35 que se va a llevar por delante un parque y se va a permitir la destrucción de empleos locales en favor de este supuesto maná caído del cielo); se intentó con el Decathlon junto al Estadio Olímpico; se quiere hacer con el aparcamiento de la Alameda y con la Comisaría de la Gavidia... Nada importa si alguien llega con dinero fresco y con la promesa de invertir en la ciudad. Pero lo cierto es que sí que importa, el Ayuntamiento no puede doblegarse ante cualquiera que llegue con un maletín, las leyes deben estar por encima, y el Plan General es Ley, no se puede cambiar al gusto del primero que llegue prometiendo la luna.

Pero los cambios y la alfombra roja no acaban ahí, también han llegado al corazón de la ciudad histórica, con el cuestionable Museo de las Tradiciones, un esperpento que vende como algo positivo el tener una caseta de Feria montada todo el año. El último invento ha sido el 'Paseo del Arte', un complejo que se vende como deportivo - cultural pero que alguna sombra debe tener. Por lo pronto va a privatizar un espacio público, que es de todos, con la excusa de adecentar el Paseo Juan Carlos I. Como comentábamos el otro día, ese paseo lo que necesita es una reforma urgente que lo reurbanice, no nuevos atractivos (que también, pero es secundario). Hoy nos enteramos gracias a Andalucía Información que este proyecto tiene una oscura tramitación ya que no ha habido concurso público, se ha aprobado por vía de urgencia y se ha adjudicado sin que nadie sepa muy bien qué se va a hacer ni por qué. De nuevo se nos vende como algo muy positivo lo que no deja de ser un pelotazo urbanístico en toda regla.

Zoido nos prometió una Sevilla mejor, una ciudad que funcionase como un reloj, donde la luz y los taquígrafos iban a ser el pan nuestro de cada día. Pero lo cierto es que seguimos en la misma oscuridad que en los últimos años (o peor, porque la crisis está pegando con fuerza en nuestra provincia sin que nadie lo remedie) y sin visos de que la situación mejore.

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