viernes, 12 de abril de 2013

Sevilla no está hecha para las lluvias


Dice la sabiduría popular que la lluvia, en Sevilla, es pura maravilla. Seguramente esa frase se acuñó en tiempos de sequía, porque después de los meses que llevamos, lo de la maravilla quizás sea un poquito exagerado. 

Lo que sí es cierto es que nuestra ciudad no está preparada para soportar las lluvias, lo vemos en los atascos que se forman cada vez que caen cuatro gotas, en los husillos completamente atascados incapaces de absorber un buen chaparrón, en los charcos y en las temibles "losetas calamar", seguro que en más de una ocasión os habéis encontrado con una de ellas, vas andando por la calle con tu paraguas y de repente, PLAF, pisas una losa que no está bien fijada y acabas con el zapato lleno de agua, como un calamar expulsando su tinta.

Al margen de estas anécdotas diarias, las últimas lluvias caídas también han afectado a nuestro patrimonio. Acostumbrados al calor, pocas veces se atiende a las cubiertas de nuestros monumentos, canalones que no se limpian, grietas que no se sellan, tejas sueltas.... La iglesia de Santa Catalina ya nos dio un buen susto hace unos años, ahora son otros edificios los que están sufriendo los efectos de las lluvias, como la iglesia de la Anunciación, que tuvo que ser cerrada ayer al público por filtraciones (¿cuántos años lleva la Universidad estudiando la restauración integral de este edificio? o el mercado de la Puerta de la Carne, que también padece la desidia y el abandono a la espera de un futuro mejor. Por no hablar de la Fábrica de Artillería, que ya fue noticia hace unos meses por desprendimientos.

Son sólo algunos ejemplos que escenifican la falta de cuidado hacia nuestro patrimonio. Cuando hace calor, nadie se acuerda de limpiar o reparar determinadas superficies, y luego, cuando llegan las lluvias, pasa lo que pasa. Una buena conservación siempre será mucho más efectiva que una intervención integral. Y mucho más barata.

2 comentarios:

Mari Carmen dijo...

Es muy cierto todo lo que expones.
Además de mala imagen, sobre todo, a la hora de restaurar, nos saldrá infinitamente mucho más caro todo, eso si no es irremisiblemente perdido.
Es muy de lamentar todo esto.
Te apoyo en la denuncia y recibes mi felicitación más sincera por tu valentía y ética.

Saludos.

Sergio Harillo dijo...

Muchas gracias, Mari Carmen :)

Un saludo!