viernes, 22 de febrero de 2013

Puente romano de Carmona


Hace unos años apenas quedaban las ruinas del puente romano que cruzaba un pequeño arroyo camino de Carmona. Se trata de una infraestructura perteneciente a la Vía Augusta que comunicaba Córdoba con esta localidad y que entraba en el municipio a través de la monumental Puerta de Córdoba, original del siglo I y muy remodelada en siglos sucesivos hasta adquirir su apariencia actual en el XVIII según proyecto de José Chamorro.


Descendiendo desde la Puerta de Córdoba llegamos a un pequeño desvío donde ya podemos empezar a palpar el testigo de la historia. Parte de la Vía Augusta aparece bajo nuestros pies gracias a la recuperación que se ha llevado a cabo en los últimos años.


Un agradable paseo nos lleva hasta el puente romano, reconstruido en época medieval y muy restaurado en la última intervención.



El puente consta de cinco ojos y sólidos tajamares que hacen presuponer el caudal que en su día pudo tener lo que hoy en día no es más que un arroyo sin apenas agua.



Una vez en el puente podemos ver lo que queda original, con la piedra del pretil y las losas de la calzada. Sin duda una bonita excursión y un agradable paseo que nos permite contemplar la belleza de la vega del Corbones, los campos de cultivo y divisar la ciudad de Carmona desde otro ángulo. Eso sí, se recomienda hacer el paseo a plena luz del día ya que el recorrido carece de iluminación y si te coge la noche corres el riesgo de no ver por donde pisas.



2 comentarios:

Pedro dijo...

Es la Vega, pero del Corbones ;)
Allí crece una bonita planta muy rara, una especie de miniatura de petunia, la Triguera osbeckii, que además fue descubierta por primera vez allá por el s. XVIII precisamente en los terrenos de Carmona. ¡Esa ciudad tiene historia por los cuatro costados!

Sergio Harillo dijo...

Gracias Pedro :)