viernes, 29 de junio de 2012

Sevilla podrá crecer en altura

Mientras esperamos a que la Unesco publique las actas de su XXXVI Comité que se está celebrando en San Petersburgo y con la certeza de que los monumentos sevillanos no corren ningún peligro por la construcción de la Torre Pelli, el alcalde nos ha sorprendido con una noticia que nadie se esperaba. El alcalde ha prometido ante la Unesco que se vigilará con lupa el desarrollo futuro de la ciudad para evitar nuevas controversias y que la zona limítrofe con el casco histórico tendrá la protección suficiente para evitar nuevos rascacielos. Hasta aquí lo que todos esperábamos. Lo que no nos podíamos imaginar es que el alcalde aclarara ante los micrófonos de la Cadena Ser que esto no significa, ni mucho menos, que Sevilla deba renunciar a la construcción en altura. Es más, está plenamente convencido "de que puede haber no una, sino muchas torres y ojalá las haya cuanto antes pues ello será símbolo de que hay nuevas empresas en la ciudad". Eso sí, habrá que buscar el lugar idóneo para que estas nuevas construcciones no entren en conflicto con el patrimonio sevillano. Parece que tras su reciente visita a París, el alcalde ha vuelto fascinado por La Defense y ahora quiere una city a la sevillana.

¿Dónde se podrían concentrar estos edificios en altura? El actual Plan General de Ordenación Urbana opta por un modelo que no favorece precisamente la concentración a modo de cluster, sino todo lo contrario, permitiendo distintos hitos en altura a lo largo y ancho de la ciudad. Si lo pensamos detenidamente, lo que hace el PGOU es traer al siglo XXI el mismo modelo del casco histórico sevillano donde, durante siglos, los campanarios de las iglesias indicaban las distintas parroquias y collaciones de la ciudad. Un modelo que se ha ido "ampliando" en el siglo XX con las torres de la Plaza de España, la Torre de Los Remedios o el Puente del Alamillo, todo disperso, sin concentrar en un mismo punto.


A raíz de la polémica con la Torre Pelli, sus detractores han incidido en varias ocasiones en que este edificio abría la puerta a futuros desarrollos en altura que romperían, para siempre, el skyline de la ciudad. A falta de conocer dichos proyectos (al parecer bastante firmes cuando no se deja de hablar veladamente de ellos), en la actualidad sólo conocemos con seguridad dos. El primero es la torre Galia Puerto, prevista en los terrenos de ampliación del Puerto de Sevilla y que acompañaría a otros dos edificios de menores dimensiones que ya han sido construidos. Esta actuación permitiría el desarrollo urbanístico de una zona de la ciudad bastante deprimida y que requiere de una integración con el resto del núcleo urbano. Incluso se llegó a plantear la construcción de la Ciudad de la Justicia en esta zona. La Torre Galia Puerto es un proyecto de Eddea Arquitectos y está a la espera, como tantas otras cosas, de que amaine el temporal económico.


Más al sur, en Bellavista, el estudio de arquitectura de Antonio González Cordón diseñó Torre Sevilla, un edificio que apenas llega a los 100 metros y que se complementa con otro de menos altura que le sirve de zócalo. Este proyecto entra a formar parte de las directrices del PGOU que establece que en cada acceso a la ciudad se localizarían edificios en altura que hicieran las veces de nuevas puertas de Sevilla. Al igual que el proyecto del Puerto, Torre Sevilla está a la espera de tiempos mejores.



Al margen de estos dos proyectos, perfectamente definidos y con un diseño listo para ser construido, existen otras torres como la de la avenida Luis Montoto, en los terrenos de la antigua fábrica de Cruzcampo u otra frente al centro comercial Los Arcos, en la carretera de Málaga, proyectos que si bien están contemplados, aún no cuentan con un diseño definitivo. Esta es la Sevilla que dibuja el Plan General, un modelo disperso (similar en algunos casos al de Barcelona, con las torres del Puerto Olímpico, la AGBAR o la de Gas Natural dispersas por la ciudad) que emula la ciudad histórica. Habrá que ver ahora si las ideas del alcalde casan con esta planificación o, para evitar futuros problemas, se opta por unir los desarrollos en altura en un mismo punto siguiendo el modelo de París. El problema está en que en Sevilla no es tan fácil ubicar este tipo de edificios ya que toda la zona norte (San Jerónimo) y la este (Sevilla Este) no los pueden acoger por ser zonas de servidumbre aérea del aeropuerto. La zona oeste (Triana y Los Remedios) estaría demasiado cerca del centro histórico lo que conllevaría nuevas dudas sobre su impacto en el mismo. Quedan por tanto la zona sur y sureste, zonas mal comunicadas con el resto de la ciudad y que requerirían de un potente desarrollo urbanístico para su integración, algo que con el desarrollo de Palmas Altas debería quedar subsanado pero que en épocas de crisis es complicado poner en marcha. Si para algo ha servido la controversia de la Torre Pelli es para afinar, algo más, qué modelo de ciudad queremos en el futuro. Ahora sólo falta sentar las bases para crear una ciudad cohesionada, cosmopolita y cómoda superando el actual diseño caótico e incómodo para sus habitantes.

1 comentario:

Nuevo Clasicismo dijo...

Es la típica horterada de nuevo rico. El levantar el edificio más grande, sólo para demostrar que puedes hacerlo. Querer tener más que lo los demás. No mejor, no más elegante, no más estiloso. simplemente más. El querer ser más moderno que nadie... aunque sea un siglo después de cuando se empezaron a leventar rascacielos en el resto del mundo.

Y lo llaman progreso...

Así nos luce el pelo.

Saludos de un sevillano que no sale de su asombro.