Fue operado de urgencia hace siete años pero parece que el postoperatorio no ha sido tan satisfactorio como se esperaba. La última inspección del Giraldillo, la famosa veleta que fundiera en bronce Bartolomé Morel a finales del siglo XVI presenta una incipiente oxidación de su estructura interna, lo que aconseja intervenir en la pieza para evitar que el deterioro siga aumentando.
La restauración del Giraldillo fue todo un acontecimiento en la ciudad, tardó varios años en completarse y supuso todo un logro para el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. La intervención, costeada por la Junta de Andalucía, alcanzó los 600.000 euros. Finalizada la recuperación de la pieza (con una nueva estructura interna de acero que sustituyó a la anterior de hierro, completamente destrozada por el paso de los siglos) se planteó la posibilidad de resguardar la pieza original para conservarla en óptimas condiciones, dejando en lo alto de la Giralda la réplica creada para sustituirla mientras duraba la intervención. El Cabildo Catedral apostó por la copia pero la Junta obligó a que se restituyera el original. ¿La razón? Los informes del IAPH garantizaban que tras la intervención, el Giraldillo podría someterse sin problemas a las duras condiciones meteorológicas del remate de la torre, a cien metros de altura. La Ley de Patrimonio expone que mientras no haya riesgo para las obras de arte, deben permanecer en su lugar de origen.
El tiempo ha demostrado que quizás no fue tan buena idea devolver al Giraldillo a las alturas. En apenas siete años ya necesita una nueva intervención, algo que no sólo supone un desembolso económico inasumible en estos momentos, sino una nueva agresión a la pieza ya que con cada intervención que se hace sobre una obra de arte, sufre. De haberse conservado en un espacio preparado, la pieza no presentaría ahora mismo ningún problema. Quizás sea el momento de plantearse si queremos conservar el Giraldillo para la posterioridad o arriesgarnos a perderlo en un futuro.
Fuente: Diario de Sevilla
7 comentarios:
Las obras de arte que se concibieron para estar en algún determinado lugar deben permanecer en este, con su mantenimiento bien planificado y con todos los medios necesarios para su conservación sin desvirtuar su papel.
Sacar este tipo de obras de arte de su contextos es falsear la verdad. Sería lo mismo que tras la restauración del altar mayor de la Catedral, se desmontase y expusiese en el Museo (como siempre se ha llamado en Sevilla al MBASE moderno) donde se evitaría el ataque de los silofagos y la anidación de los pájaros que entran el Catedral, y de paso poder exponerlo, sustituyendo el original por una magnífica reproducción. ¿Sabe como se llama eso? PASTICHE. Sevilla será lo que sea, pero nunca se le podrá poner este adjetivo. Aquí lo mucho o poco que haya es de VERDAD.
Todo es cuestión de opiniones, claro está. El Giraldillo está sometido a una serie de fenómenos atmosféricos que lo deterioran, en la última restauración hubo que reconstruirle varias piezas que habían desaparecido. Desmontarla porque sí para llevarla a un Museo no me parecería acertado, pero teniendo en cuenta que hubo que bajarla para restaurarla, pues se podría haber aprovechado para garantizar su conservación.
En cuanto a que a Sevilla no se le puede poner el adjetivo de "pastiche", lamendo discrepar. Una ciudad en la que se siguen haciendo fachadas como si estuviéramos en el siglo XIX, una ciudad que permite que se derriben edificios enteros conservando únicamente su fachada como si fuera un decorado de teatro, una ciudad que sigue construyendo retablos, pasos e imágenes de carácter barroco como si estuviéramos en el siglo XVII... sinceramente, creo que en Sevilla gusta mucho el pastiche, es parte de nuestra personalidad.
Saludos!
El problema no es haber subido al giraldillo original a la Giralda, sino el vástago que se le colocó. El mismo problema hubiera tenido la copia con ese mismo vástago.
Si una cosa ha estado 500 años subida en la Giralda sin problemas y tras una intervención hay que volverla a restaurar pasados 7 años es evidente que la restauración no ha sido todo lo buena que debió haber sido.
Veo que Giraldillo dice que se trata del vástago que se colocó y evidentemente según el artículo de Diario de Sevilla se ve que lo que se oxidó fue el vástago nuevo, que se supone que que es el esquelo interior, pero está claro que el problema reside en que la intervención no fue todo lo buena que debería haber sido.
Cultura de Sevilla, tus artículos cada vez son peores, no tiene nada que ver subir o bajar el original ya que el problema no está en el original sino en el elemento colocado a posteriori
Detective, aunque mis artículos "sean cada vez peores" te recomiendo que los leas con más atención. La estructura interna del Giraldillo y la propia escultura son elementos que se necesitan mutuamente. Sin el vástago interior, sencillamente el Giraldillo no podría girar por lo que no cumpliría su función como veleta y ofrecería una resistencia al viento que terminaría por dañarlo. Entenderás que para cambiar la estructura interna, lo más aconsejable es desmontar la escultura.
¿Por qué hablo en el mismo post sobre la posibilidad de cambiar la escultura por una réplica? Pues porque con cada restauración, las obras de arte sufren. En esta última intervención practicada en el Giraldillo se ha constatado que las restauraciones anteriores fueron bastante dañinas para la pieza. Incluso ha habido que reconstruir algunas piezas que se habían perdido, como uno de los pies, que es en gran parte nuevo. De ahí que, en mi opinión, prefiera que la escultura se conserve en un lugar acondicionado para que no siga sufriendo. Evidentemente, su lugar es la Giralda, para eso fue creado, pero al mismo tiempo no puedo evitar, llámame sentimental si quieres, optar por una óptima conservación.
Espero haberte aclarado algo más mi postura, aunque mis razonamientos cada vez te parezcan peores.
Saludos
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