El Teatro Cervantes, en peligro

El actual Plan General de la Ciudad protege una serie de edificios de espectáculos del centro histórico por su carácter singular. Los actuales cines Avenida, Alameda y Cervantes no podían tener, hasta ahora, otro uso. Sin embargo, el Tribunal Supremo ha obligado al Ayuntamiento ha modificar este punto para permitir cualquier tipo de uso en estos edificios.

Con el cambio, no sólo podrían desaparecer espacios culturales como los cines Alameda y Avenida, sino que el propio Teatro Cervantes, construido en 1873 por Juan Talavera podría terminar convertido en edificio de apartamentos perdiéndose para siempre un inmueble tan singular.

El Ayuntamiento ha aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para permitir que otros edificios en similares circunstancias puedan también modificar sus usos, como por ejemplo el Salón de variedades Lido (en la imagen), el Llorens, en calle Sierpes, o el Quintero, en calle Cuna. Esta medida podría suponer la pérdida de edificios con un alto valor histórico y artístico. Evidentemente es imposible y utópico obligar a que un teatro mantenga sus puertas abiertas si no es rentable, y menos un edificio histórico con el coste que conlleva su mantenimiento, pero duele pensar que estos edificios podrían desaparecer. En el mejor de los supuestos, podría ocurrir como en el Palacio Central o el Teatro Imperial, reconvertidos actualmente en tienda de la cadena MANGO y librería BETA respectivamente, pero con el cambio en el PGOU existe la posibilidad de que estos edificios se transformen en viviendas por lo que perderíamos para siempre parte de nuestra historia y de nuestro Patrimonio. La familia que regenta las diferentes salas de cine del centro se queja de que no sale rentable mantenerlas, sin embargo, algún beneficio dará cuando siguen abiertas y es evidente que lo único que se pretende con esta medida es vender los solares al mejor postor cuando pase la crisis (si es que pasa).