El centro de interpretación de los restos hallados durante las obras del metro en San Juan de Aznalfarache ya han concluido y sólo resta que el Ayuntamiento musealice el espacio colocando las diferentes piezas encontradas y el discurso expositivo. Según las previsiones del Consistorio, el nuevo centro cultural podría abrir sus puertas a finales de febrero; sin embargo, la proximidad de las elecciones autonómicas quizás pospongan la apertura unas semanas más.
La ciudad romana de Itálica, en Santiponce, no deja de sorprender a los arqueólogos que tienen la oportunidad de trabajar en ella. Y más sorpresas daría si se invirtiera en ella lo que se debe, pero en Andalucía el yacimiento arqueológico por excelencia es Medina Azahara y a ella van todas las inversiones. Las excavaciones y actuaciones llevadas a cabo en los últimos años en el teatro de Itálica han sacado a la luz los restos de un templo dedicado a la diosa egipcia Isis que estaría ubicado en el jardín posterior del teatro. Gracias a los estudios realizados, se ha comprobado que el teatro que se construyó en época de Augusto era de menores dimensiones que el actual, y que en época de Tiberio se amplió el graderío. No será hasta el mandato de Adriano cuando el teatro alcance su mayor esplendor, colocándose ricos mármoles para decorarlo.
Alcala de Guadaíra se abre, cada vez más, al turismo cultural y patrimonial gracias al rico legado heredado desde hace milenios. Si hace unas semanas se iniciaban las visitas guiadas al castillo, esta semana le ha tocado el turno a la necrópolis de El Gandul, que se remonta al Calcolítico (III milenio a.C.). Las visitas, realizadas por la empresa 'Vía de Escape', permiten conocer el Tholos de las Canteras y la Cueva del Vaquero, recientemente restauradas y recuperadas para su estudio y disfrute.
La destrucción de restos arqueológicos es, lamentablemente, una costumbre muy extendida. Ya sea por el nulo ejemplo de las administraciones públicas o por la indefensión del propietario ante las leyes de patrimonio que le obligan a cargar con todo el peso económico de la recuperación de los restos aparecidos en su propiedad, lo cierto es que constantemente aparecen noticias relacionadas con la desaparición de algún yacimiento. La más reciente ha ocurrido en Guillena, donde un particular ha sido multado con 540 euros por destruir un yacimiento romano de "incalculable valor" en su finca al utilizar una retroexcavadora que ha demolido de forma fulminante todo cuanto se encontró a su paso. Los hechos se remontan a 2007 pero la sentencia ha salido a la luz ahora. El propietario deberá pagar, además, una indemnización de 10.000 euros a la consejería de Cultura (si los técnicos hicieran mejor su trabajo, cuánto patrimonio se salvaría...).
Coria del Río también es noticia esta semana por otro yacimiento arqueológico que ha sido alterado. La Consejería de Cultura ha ordenado derribar parte de las instalaciones de un colegio (en concreto, la casa del guarda) por haberse construido sobre el lugar donde en 1998 se encontró un altar fenicio. Se trata de un espacio protegido en el que el Ayuntamiento de Coria ha levantado el inmueble sin solicitar las correspondientes licencias. Volvemos a lo mismo, una administración local construye sobre una zona protegida, a sabiendas de que está protegida y sin que la administración autonómica se entere por falta de control. ¿Tan difícil es hacer un seguimiento de las obras que se llevan a cabo y del estado de los bienes protegidos?
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