Una Semana de la Arquitectura descafeinada

Sevilla celebra durante toda esta semana la gran fiesta de la Arquitectura. Aprovechando el Día Internacional de esta disciplina, que se celebra hoy, se vienen celebrando durante los últimos años distintas actividades para dar a conocer la arquitectura entre el gran público.

Lo que empezó siendo una semana de efervescencia cultural, se ha quedado en el chasis. Hace años se organizaban exposiciones, encuentros, conferencias y visitas guiadas, sin embargo las actividades han ido decayendo hasta centrarse en una visita diaria a un edificio significativo de la ciudad. Al menos no ha desaparecido como la Noche de los Museos, pero visto lo visto, habría que preguntarse por qué no se organiza una auténtica fiesta de la arquitectura. Si de darla a conocer se trata, con seis edificios no basta, Sevilla tiene material suficiente como para abrir decenas de edificios en jornadas de puertas abiertas, como ocurre en Madrid. Pero aquí repetimos año tras año y nos conformamos con lo mínimo.

En la presentación de esta mañana en el Ayuntamiento, sorprendían las palabras del alcalde cuando decía que "Sevilla es referencia mundial por el patrimonio arquitectónico heredado, pero también por su arquitectura moderna". "Es elogiada mundialmente por sus obras y por sus profesionales" valorando la aportación de una ciudad "moderna y de vanguardia". Sinceramente, calificar a Sevilla como una ciudad "de vanguardia" es excesivo, y más cuando nos empeñamos en seguir vendiendo lo mismo una y otra vez, precisamente ese patrimonio heredado de siglos anteriores (o lo que es lo mismo, Catedral, Alcázar y Barrio de Santa Cruz ni siquiera ampliamos la nómina). Sevilla es conocida internacionalmente por obras como Palmas Altas, de Richard Rogers o Metropol Parasol (reconocido internacionalmente aunque aquí nos insistan en que no) pero dudo mucho que el alcalde se refiriera a esos edificios. Sevilla también es conocida como la ciudad que ha paralizado una biblioteca de Zaha Hadid o la que se niega a aceptar que se construya un rascacielos de César Pelli. También somos conocidos como la ciudad donde los proyectos nunca arrancan o se eternizan durante años (Acuario, edificio de Ramón y Cajal...) o la que no sabe aprovechar lo que tiene (Pabellón del Futuro, Estadio Olímpico, Auditorio, Pabellón de la Navegación...).

En definitiva, una semana para reflexionar y ver qué posición ocupa Sevilla en esa arquitectura de vanguardia y contemporánea, en pensar por qué seguimos insistiendo en esa Sevilla utópica que hace años que desapareció o estudiar esa obsesión contra todo lo nuevo. Mientras tanto, nos quedaremos con las declaraciones de miembros del Colegio Oficial de Arquitectos, que ante la posibilidad de dotar de contenido a los terrenos de la feria el resto del año han dicho algo tan novedoso como la propuesta de "habilitar una calle de la Feria todo el año para los turistas, lo que sería una inyección económica enorme para la ciudad" una idea que podríamos bautizar como Feria Resorts y que sin duda hará las delicias de mucha gente, aunque esté lejos de ser algo que de verdad mejore la calidad de vida de los sevillanos.

Fuente: Europa Press

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