Presentación en sociedad del nuevo auditorio de la SGAE

Cultura de Sevilla ha asistido esta tarde a la presentación en sociedad del nuevo auditorio que la SGAE construye en la Isla de la Cartuja, el Arteria Al-Andalus. El arquitecto del proyecto, Santiago Fajardo, ha desvelado uno a uno los entresijos del edificio que acogerá dos salas para espectáculos (200 y 2.000 butacas), una sala de ensayos, varias cafeterías, restaurante y zona administrativa. La tardía presentación del proyecto, ha hecho, en palabras del arquitecto, que sea uno de los grandes desconocidos para los sevillanos a pesar de ser, junto con la Torre Cajasol, el Metropol Parasol y la ampliación de FIBES, uno de los proyectos estrella que actualmente se construyen en la ciudad, tanto por su monumentalidad como por las tecnologías avanzadas con que ha sido diseñado y los parámetros de eficiencia, versatibilidad y sostenibilidad seguidos en su posterior construcción.

Hay que remontarse a 1999 para conocer los primeros pasos del proyecto. En ese año, la SGAE empezó a buscar una sede en Sevilla visitándose varios inmuebles históricos en el centro de la ciudad. La necesidad de construir un salón de actos de entre 100 y 200 localidades, obligó a pensar en un inmueble de nueva planta. Es entonces cuando se localizan varios emplazamientos en la Isla de la Cartuja que hacen evolucionar el edificio hacia un gran auditorio con 2.000 localidades (ampliables hasta 3.500) y todo un complejo administrativo a su alrededor.

El nuevo auditorio, el primero que se construye en España según la nueva legislación para este tipo de edificios, sorprende por su monumentalidad, pero también por su cuidado diseño. Una de las primeras decisiones que tomó el arquitecto fue fijar el acceso al edificio en la calle Leonardo da Vinci, justo enfrente del gran boulevard que se extiende a lo largo de la calle Albert Einstein y que se convierte en el atrio de acceso al auditorio. El edificio se abre a esta avenida con un gran vano que permitirá la entrada de luz al hall y desde el que podrá ser vista la ciudad. Además, el vestíbulo contará con un lucernario que aportará luz cenital desde las alturas. El edificio consta de un eje bien claro que parte del hall para cruzar el patio de butacas y llegar hasta la caja escénica, verdadera protagonista del volumen arquitectónico por su gran altura. En el interior encontraremos varias zonas abiertas que constrastan con lo hermético del exterior, incluso habrá un jardín interior en la zona de oficinas que tendrá luz cenital y directa desde la calle. Uno de los puntos más interesantes del proyecto es la incorporación del sistema GALA que permitirá variar el graderío del patio de butacas en función de las necesidades de cada espectáculo, elevándose o desapareciendo para formar salas completamente diferentes.

En cuanto al cambio del diseño del edificio, desde su colorido original al gris actual, el arquitecto ha explicado que se debió a una evolución del proyecto. Si bien en un principio se planteó un colorido que recordaba a los contenedores de las zonas portuarias, cada uno de un color y con el nombre de reconocidos artistas impreso, el miedo a posibles desencuentros con sus herederos hizo evolucionar el proyecto hacia placas metálicas en las fachadas que otorgaran al edificio un aspecto más industrial, como contenedor y fábrica de ideas.

Sin duda un proyecto ilusionante que supondrá un punto de inflexión en materia cultural en Sevilla ya que no existe nada parecido, ni por su tamaño ni por la cantidad de posibilidades que ofrece para albergar todo tipo de espectáculos escénicos. Habrá que ver si la ciudadanía está a la altura y hace suyos sus contenidos. De momento, a la presentación no ha acudido ningún medio de comunicación y los asistentes se contaban con los dedos de una mano. Falta de difusión quizás, pero también falta de interés en los proyectos culturales.
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