viernes, 13 de agosto de 2010

Cultura de Sevilla en... Bilbao (III): El río

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Tanto Sevilla como Bilbao coinciden en que nacieron junto a un río. Esa lámina de agua, cercana al mar en ambos casos ha sido tanto su principal fuente de ingresos gracias al comercio como su principal tragedia con riadas que a lo largo de la historia han causado grandes daños. Quizás por ésta última razón, llegó un momento en el que las dos ciudades empezaron a vivir de espaldas a su río, Bilbao construyendo industrias que hacían de frontera entre el río y la ciudad y Sevilla levantando un muro y las vías del tren.
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Sin embargo, una vez subsanados los problemas hidráulicos se ha buscado la integración de esos ríos en el día a día de la ciudad construyendo nuevas zonas y remodelando los antiguos muelles para convertirlos en paseos ajadinados para esparcimiento de la ciudadanía. Y es aquí donde volvemos a ver grandes diferencias. Mientras en Bilbao da gusto pasear por las orillas del Nervión, tanto en los muelles históricos como el del Arenal, como en la zona más moderna de Abandoibarra, en Sevilla se acometió una gran inversión para la Expo del 92 que permitió recuperar el río desde Chapina hasta el Alamillo. Sin embargo el paseo sevillano nació ya con un mal diseño que ha ido empeorando con el paso de los años, el vandalismo y la falta de cuidados del Ayuntamiento y los sevillanos. Incluso las zonas recién recuperadas como Marqués de Contadero o el Muelle de las Delicias presentan un aspecto deleznable donde impera el incivismo y la suciedad. Desde el Ayuntamiento se dice una y otra vez que Sevilla vive de espaldas a su río, lo cierto es que el diálogo entre ciudad y río no termina de cuajar por culpa de la mala planificación.


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Veamos algunas fotos de Bilbao. Modernos edificios miran y se abren hacia el río aprovechando su cercana ubicación.
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Amplias zonas verdes junto al río donde prima el buen gusto y el acertado diseño.
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El principal elemento a tener en cuenta en el diseño de estos nuevos paseos es el cambio de rasante, precisamente para evitar las riadas, la ciudad ha ido creciendo hacia arriba dejando al río en un nivel más bajo. En Bilbao se ha apostardo por el diseño en terrazas pero con una gran comunicación entre ambos niveles gracias a generosas escaleras y espacios ajardinados, no hay pantallas visuales que separen ambos espacios.
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El nivel más cercano al río, más rústico, con adquines:
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Y la zona superior, más urbana, con jardines, bancos y paseos para el ciudadano:
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.Toda una lección de buen gusto y de un urbanismo bien diseñado. Evidentemente, en Bilbao, por su clima, abundan las zonas verdes con césped y flores que en Sevilla serían ecológicamente insostenibles por las temperaturas que alcanzamos. Pero ahí radica el saber elegir las especies y contar con profesionales que hagan de un hándicap, una oportunidad.
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En Sevilla tenemos un magnífico paseo ribereño que abarca varios kilómetros desde Las Delicias hasta San Jerónimo, algunas zonas están en obras actualmente (San Jerónimo y Muelle de Nueva York) pero las ya consolidadas presentan un aspecto desolador que se asemeja más a un estercolero que a un paseo para el disfrute ciudadano.
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El diseño elegido ha sido el principal problema para esta zona. Para salvar los diferentes desniveles, se construyó el paseo en terrazas, sin embargo no existe ninguna comunicación entre ellas por lo que la parte superior queda marginada, sin uso y oscura por la falta de poda de los árboles. La consecuencia de este mal diseño es que el paseo queda reducido a la parte inferior, la colindante con el río mientras que la superior queda abandonada y utilizada por indigentes para instalar sus campamentos. ¿La solución? Muy sencilla, eliminar esos muros, sustituirlos por escaleras y elementos que no impidan la visión y adecentar el nivel superior para que pueda ser usado también por el ciudadano. De este modo quedaría un nivel inferior para uso de deportistas y uno superior para el paseo.
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La comunicación entre el Paseo Juan Carlos I y la avenida Torneo es otro detalle mal resuelto, hay pocas opciones para pasar de un sitio a otro (sólo junto a los puentes) y son espacios incómodos, en recodo, con escaleras interminables que no invitan a bajar y que son todo un impedimento para personas con movilidad reducida. ¿La solución? Crear un mayor número de balcones hacia el río en Torneo, facilitar la comunicación construyendo más escaleras y rampas a lo largo de todo el paseo y hacerlo de forma más cómoda, con menos pendiente.
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Por si el abandono fuera poco, la instalación de elementos del todo inconvenientes como este cierre para el muelle del club de remo hace que el paseo pierda su diafanidad y las vistas del río. El vandalismo es un problema, pero la solución no está en poner vallas que cierren el paso. Una mayor iluminación y mayor presencia de la policía por las noches bastaría para no tener que recurrir a estos cierres.
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Los muros recorren todo el paseo, creando dos zonas separadas. La superior sin ningún tipo de uso, la inferior, totalmente insuficiente.
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El descuido de las plantas y árboles que hay en el paseo es alarmante, por no hablar de la suciedad que se acumula por la falta de limpieza. Es necesario un mayor cuidado de las zonas verdes que no se limite, como actualmente, a una salvaje poda una vez al año.
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Chapuzas como ésta abundan por todo el paseo. Era necesario colocar una rampa y se hace de cualquier manera.
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Si nos vamos a la otra punta de la ciudad, al Muelle de las Delicias, nos encontramos la misma desolación, la misma suciedad y el mismo abandono. El Muelle lleva abierto menos de dos años tras seis millones de euros de inversión. No es de recibo que se encuentre de esta forma.
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La comparación no deja lugar a dudas, nos queda mucho por hacer. Pero la culpa no es sólo del Ayuntamiento, también de los propios sevillanos entre los que impera el incivismo y la falta de respeto hacia un patrimonio que es de todos.
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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola!,
Tienes toda razón cuando hablas de lo incívico que somos los sevillanos. Es por eso exactamente por lo que creo que cualquier cosa que se haga tiene que estar fuertemente preparada para el vandalismo. No podemos poner elementos frágiles que puedan ser deteriorados fácilmente. Por eso te decía que el tipo de material y los recovecos de las setas de la Encarnación me hacen temer por su durabilidad. Y me dijiste, no se puede dejar de hacer cosas porque puedan ser vandalizadas… no, pero hay que hacerlas pensando que resistan a los vándalos. Si no, mejor no hacerlas. No hay cosa más triste que ver cualquier elemento que a uno le pueda parecer elegante, o incluso único, completamente pintarrajeado y deteriorado.
Felicidades por tus reportajes.

Sergio Harillo dijo...

Pues sí, una de las normas fundamentales del urbanismo es elegir correctamente los materiales con que se llevan a cabo las diferentes actuaciones en la ciudad, en ciudades como Sevilla donde el calor aprieta, los materiales serán distintos a otro tipo de ciudades donde, por ejemplo, llueve más.

El vandalismo es otro factor a tener en cuenta, hay que hacer las cosas resistentes, pero tampoco podemos hacerlo todo de hormigón para que resista los ataques. Creo que la educación debe ser fundamental y eso es tarea de todos.

En el caso de la Encarnación, los bajos de las setas son de hormigón y tienen una plancha metálica que sobrepasa con creces la altura de una persona, por lo tanto la madera queda totalmente a salvo de posibles ataques. Que algún gracioso hará alguna pintada es casi imposible de evitar, pero ojalá llegue el dia en que la gente que se divierte con estas tonterías, pague por lo que hace.

En el paseo del río creo que los materiales han resistido bastante bien el paso del tiempo a pesar del nulo mantenimiento. El fallo ha sido el diseño, con zonas inaccesibles y poco transitadas que quedan marginadas. Aún así, siempre se puede remodelar una vez comprobados los fallos iniciales.

Un saludo y muchas gracias!!

Juan Fco. Cózar Peralta. dijo...

La urbanidad, el saber estar y valorar el patrimonio, que es de todos, en resumen, la educación hace mucho. Por mucho que se levanten muros y se planifique correctamente (que no se hace, y se prefiere un bodrio), si no hay civismo, nada de nada. En Sevilla prima lo pintado, el puñetero grafitti, el romper... Es una pena. Bilbao en ese ámbito ha ganado mucho, y aunque también hay vandalismo, pero hay mayor presencia policial, y mayor concienciación.
Un comentario a todo esto del civismo: ¿has notado la buena presencia y lo que cuidan la imagen los bilbaínos, lo bien vestidos que suelen ir? Aquí en el sur se prefiere la moda de mercadillo, por desgracia

Sergio Harillo dijo...

@ Juan Fco: Lamentablemente la educación es hoy en día algo totalmente secundario en una sociedad en la que el icono y el modelo a seguir es Belén Esteban. Con "modelos" como ése, poco se le puede pedir a nuestra sociedad. Sin embargo no debemos tirar la toalla y debemos confiar en que llegue el día en que, entre todos, podamos enderezar las cosas.

En cuanto a la moda, es un tema que me apasiona y la verdad, tengo mis ideas sobre ella, jeje. Pero creo que sería mejor aparcar ese tema ya que se sale del debate que estamos tratando en el Blog. Sólo te diré que me quedé atónito cuando, paseando por el ensanche bilbaíno de repente me topé con una tienda de Louis Vuitton.

Un saludo!

Sevilla Arquitectura dijo...

Esta bien denunciar este tipo de situaciones. La nula conservación de este paseo o la falta de estrategias que dieran uso a esos espacios marginales es una verdadera lástima, por eso me pareció bien la situación de la nueva biblioteca o del club de remo en su momento.

El paseo a nivel de la Avenida de Torneo también esta lamentable, con el pavimento en malísimas condiciones y muy poca iluminación, pasear por ahí de noche es jugarte una caída o un esguince.

Saludos

Anónimo dijo...

Entodas partes hay de todo. En Sevilla se va ganando mucho en civismo, aunque siempre habrá de todo.
Cuando estuve en Bilbao (estuvimos, mi querida esposa y yo), vimos extraradios, pués nos aconsejaron, una persona,en la calle, que cogieramos tal autobús, para ir al Puente colgante. Estuvimos viendo esa otra cara de Bilbao, tardamos en llega más de hora y media viendo barrios.
El Puente me lo alabaron tanto, que en principio, me desilucionó.
Es una plataforma colgante y no el puente a que estamos acostumbrado para ir a Triana.
Pasamos a Portugalete y nos fuimos a comer a Santurse. El Guggenheim, me gustó, pero vi mucho espacio perdido. Me gustó Bilbao y su gente, que son muy emprendedores y cuando te dan amistad, no es esa de a ver cuando nos vemos y tomamos una cerveza,
Veo que me he estado perdiendo algo tan bonito como es este blog. Mis felicitaciones