miércoles, 7 de abril de 2010

Arte en la calle "Martínez Montañés"

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Uno de los artistas más importantes y reconocidos de la historia del arte hispalense es Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, Jaén 1568-Sevilla 1649), autor de tallas de gran devoción en la ciudad y de esculturas tan expresivas que le valieron el sobrenombre del "dios de la madera" o el "lisipo andaluz". Sevilla no sólo le ha dedicado una calle y una barriada entera, sino que cuenta con varios monumentos en su honor. Quizás el más interesante, por ser específico de su persona, sea el que se encuentra en la Plaza del Salvador, obra de Agustín Sánchez Cid realizado en 1924 y fundido en Madrid. El monumento representa al escultor con una de sus tallas más exquisitas en las manos, la Cieguecita que conserva la Catedral. El escultor parece ocultar su obra, con humildad, como si le abrumara el gran éxito conseguido en vida.
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Como otros monumentos sevillanos, Montañés también ha tenido varias ubicaciones. Si bien se diseñó expresamente para la plaza donde está ahora mismo, en 1965 fue trasladado a la Catedral, donde llegó a ocupar el espacio que existe delante de la puerta principal, la de la Asunción. No será hasta los años 80 cuando regrese a su primitiva ubicación. En la última reforma de la plaza, el Ayuntamiento barajó centrar la escultura en la plaza para darle mayor protagonismo, sin embargo finalmente se decidió dejarla donde estaba para no "entorpecer" el paso de las numerosas cofradías que pasan por allí en Semana Santa. Sin duda hubiera quedado muy bien el monumento centrando el espacio.
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El conjunto se compone de dos partes, por un lado, la escultura de Montañés, en bronce en la parte superior. Por otro el soporte, muy cuidado artísticamente que presenta cuatro querubines a modo de atlantes en las esquinas, cobijados en pequeñas hornacinas. Además, en este mismo pedestal aparece el nombre del homenajeado fundido en bronce. Con este monumento Sevilla rinde tributo a uno de los artistas más importantes del Barroco europeo por su aportación a la escultura. No se entiende la obra de artistas como Juan de Mesa o Pedro Roldán sin pasar por el gran paso dado por Montañés.
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2 comentarios:

Emeterio dijo...

Curioso personaje también el autor, Agustín Sánchez-Cid Agüero, afamado médico en su tiempo que terminó abandonando el ejercicio de la medicina por su pasión, la escultura. Restauró importantísimas obras de imaginería como el cristo de la Funcación y el Cachorro. Autor además de la réplica del desaparecido Cristo de San Agustín que se conserva en San Roque.

Sergio Harillo dijo...

Muchas gracias por la información que complementa este post, Emeterio.

Un saludo!