miércoles, 17 de marzo de 2010

Arte en la calle "Monumento a la Tolerancia"

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El monumento a la Tolerancia fue inaugurado en abril de 1992 en vísperas de la Expo y coincidiendo con el 500 aniversario del decreto firmado por los Reyes Católicos por el que los judíos fueron expulsados de territorio español. El periplo hasta su inauguración fue largo, desde los años ochenta se tenía la idea de levantar el monumento, su autor, Eduardo Chillida, incluso tuvo ofertas para construirlo en otras ciudades, pero esperó a que Sevilla diera el paso hacia su construcción. Finalmente, el ambiente Expo y la aportación económica de la Fundación Amigos de Sefarad hicieron posible su construcción como recuerdo del asesinato de cinco miembros de una familia judía durante la expulsión de 1492.
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Realizado en hormigón, con una estructura interna metálica, el monumento representa el abrazo a la ciudad de Sevilla. La escultura da la espalda a Triana, lugar donde se encontraba, históricamente, la sede del Tribunal de la Inquisición en el Castillo de San Jorge, todo un ejemplo de lo que supone la falta de tolerancia.
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Con vistas a la inauguración, el muelle de la Sal fue remodelado, devolviéndole una imagen diáfana que recuerda a su pasado industrial y donde el adoquín y la falta de otro tipo de elementos, hacen destacar por encima de todo el monumento, que sin embargo se integra perfectamente en su entorno mimetizándose en el colorido del muelle.
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La ubicación del monumento ha sido, desde el primer momento, su talón de Aquiles. El vandalismo se ha cebado especialmente con esta obra llegando a tal extremo de degradación que incluso el propio Chillida llegó a pedir al Ayuntamiento su derribo para no ver una obra suya en tan mal estado. La muerte del escultor movió conciencias y se procedió a su limpieza y consolidación, unas actuaciones que han vuelto a repetirse en los últimos meses pero que de poco sirven ya que nada más retirarle las vallas tras la restauración, aparecen nuevas pintadas. El Partido Popular llegó a pedir que se remodelase el entorno del monumento para convertirlo en un museo al aire libre de esculturas, sin embargo la idea fue desestimada, bien por su coste, bien por los deseos de Chillida que dejó dicho que el entorno del monumento no sufriría ningún cambio que le restase protagonismo.
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1 comentario:

Redacción dijo...

El Domingo estuve dando un paseo por la zona y los monumentos ya estn otra vez igual, este con pintadas en la curva, y el de Bartolome de las Casas con los tipico bigotes y cigarros que lo adornaban antes y que poco a poco vuelven a adornarlo. Por cierto que poco respeto, el personal entra con los coches ya hasta el mismo puente de Triana por la zona peatonal, es imposible dar un paseo por la zona sin ir esquivando coches. Saludos!!