domingo, 21 de febrero de 2010

La Muralla se nos cae

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El tramo de muralla islámica conservado en la Macarena está en pésimas condiciones. A la fragilidad de sus materiales (tapial, mezcla de arena, cal y guijarros) hay que añadirle la falta de mantenimiento. Fueron restauradas en los años 80 y después poco se ha hecho en ellas. Hace un par de años se intervino sobre uno de los tramos pero el monumento necesita un proyecto de rehabilitación global y sobre todo un uso y un mantenimiento continuado que permitan su conservación. La idea pasa por abrir las murallas para que puedan ser visitadas. Al mismo tiempo la llamada Torre Blanca, una de las más grandes conservadas, se destinaría a equipamiento cultural para el barrio y lo que queda de la Puerta de Córdoba, junto a la iglesia de San Hermenegildo se destinaría a centro de interpretación de la muralla donde se explicaría cómo era el sistema defensivo de la ciudad de Sevilla y su evolución hasta su destrucción en 1868. Los proyectos están ahí, el dinero no y la voluntad política tampoco. Lo que es alarmante es su estado de conservación y si no actuamos pronto, los daños pueden ser irreparables.
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Fuente: Diario de Sevilla
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2 comentarios:

Carlos dijo...

Es una pena que para tomar conciencia del pésimo estado de muchos de nuestros bienes de interés cultural tengamos que llegar a los extremos de ruina, donde es más complicado un retorno a su pasado de esplendor.

Estoy convencido de que una de las mejores maneras de conseguir revitalizar cualquier elemento histórico digno de ser conservado es introduciendo en él usos y actividades compatibles y actuales que consigan atraer el interés de la sociedad.

Sergio Harillo dijo...

Tal y como dices, es la única manera de mantener estos edificios, dándoles un uso. Es complicado porque suelen ser inmuebles enormes pero hay que buscarles un sentido para que sigan vivos. En cualquier ciudad europea lo consiguen, nosotros debemos caminar aún mucho para equipararnos a ellas.

Un saludo!