Día Internacional de los Museos

Con motivo del Día Internacional de los Museos, que se celebra hoy en todo el mundo, hemos querido hacer un pequeño homenaje a los museos sevillanos indicando su situación actual y sus perspectivas de futuro. Además de los museos propiamente dichos, hemos incluido los centros que por similitud podrían englobarse en dicha categoría aunque no tengan el nombre literal.

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La joya de la corona de los museos sevillanos es el Museo de Bellas Artes, con más de 360.000 visitas en 2008 y un aumento del 62% con respecto al año anterior, no sólo se convierte en el museo más visitado de Andalucía, sino que es el que más ha crecido de todos los museos españoles, gracias, en parte, a la calidad de las exposiciones temporales que acogió el año pasado. Actualmente es el museo que más actividades organiza con exposiciones temporales, talleres y actividades didácticas que acercan su riquísimo patrimonio (uno de los mejores conjuntos de pintura del siglo XVII de Europa) al gran público. El Museo está pendiente de su ampliación, postergada ya en demasiadas ocasiones y que contempla habilitar el cercano Palacio de Monsalves como subsede, donde se habilitarían las salas para exposiciones temporales, las oficinas del Museo, así como otras dependencias, y donde se ubicarían las obras pertenecientes a los siglos XIX y XX, ganando así ambos edificios en espacio. (enlace)

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El Museo Arqueológico le sigue en calidad por las obras atesoradas. Está considerado el segundo museo arqueológico en importancia por detrás del Nacional de Madrid. El recorrido expositivo abarca desde la Prehistoria hasta la Edad Media, albergando las valiosas esculturas romanas de Itálica, cuya contemplación bien merece la visita al Museo. El edificio está en muy mal estado, con grandes problemas estructurales y grandes carencias museográficas. Su estado impide que pueda organizar grandes exposiciones y son muchos los Centros que se niegan a ceder piezas ante el precario estado del Museo. El Gobierno ya ha comprometido para 2010 una partida presupuestaria que reformará el edificio en su totalidad, convirtiéndolo en un museo del siglo XXI y solucionando sus actuales problemas. Se ha llegado a hablar de una posible ampliación, pero es algo que pasa a un segundo plano ante la urgencia de obras que aseguren la integridad del edificio y su colección. Con poco más de 50.000 visitas, es uno de los museos menos visitados pese a su importancia. (enlace)

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En la misma plaza que el Arqueológico se encuentra el Museo de Artes y Costumbres Populares, en uno de los edificios más espectaculares de cuantos diseñó Aníbal González. Si hace unos años este museo pasaba bastante desapercibido, tras su última reforma ha ganado en popularidad, organizando interesantes y continuas exposiciones temporales, además de contar con numerosas actividades destinadas al público infantil. Este museo nos ofrece un interesante paseo por nuestro pasado, atendiendo a los modos de vida y a las costumbres de nuestros antepasados. Quizás necesite modernizar sus instalaciones pero posee una colección de lo más completa que se va acrecentando gracias a diferentes donaciones particulares. (enlace)

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Con motivo de la Expo'92 se recuperó la antigua Cartuja de Santa María de las Cuevas. Aunque en principio se pensó realizar un montaje expositivo que fuera explicando su evolución a lo largo de los siglos, finalmente se ubicó en ella el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, que en principio iba a ubicarse en las Reales Atarazanas. Tomó así el testigo del Museo de Arte Contemporáneo que existía en la antigua Cilla del Cabildo, en la calle Santo Tomás. Actualmente organiza continuas exposiciones que tratan de acercar el arte contemporáneo a la ciudadanía, además de contar con una colección propia que recoge obras de los artistas andaluces más destacados de finales del siglo XX como el Equipo 57. A día de hoy sigue siendo uno de los centros expositivos más desconocidos de la ciudad, en parte por su temática y en parte por su ubicación (de espaldas a la ciudad y en la Isla de la Cartuja) pero su actividad es constante potenciando los nuevos públicos. (enlace)

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La Plaza de España acoge uno de los museos más desconocidos de la ciudad, el dedicado al Ejército. Reformado recientemente, acoge en sus salas multitud de objetos de diferentes épocas además de maquetas y otros utensilios.

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La gran tradición naval de la ciudad se recoge en el Museo Marítimo de la Torre del Oro, un museo bastante anticuado en su museografía, pero que muestra interesantes réplicas de barcos, además de objetos históricos que dan cuenta de la importancia de nuestra ciudad como Puerto naval durante siglos. En la última rehabilitación de la Torre se habilitó la terraza superior para su visita con lo que el visitante puede disfrutar de unas vistas únicas de la ciudad y su río. El Museo necesita una modernización urgente ya que se enfrentará a una gran competencia a partir del año que viene, cuando abra el Centro de Navegación Atlántica en el Pabellón de la Navegación. La temática será parecida, pero los contenidos del nuevo Centro sin duda serán mucho más espectaculares.

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Abandonada la idea de crear un gran Museo de la Ciudad en el monasterio de San Clemente, el Ayuntamiento decidió convertir una pequeña sala del edificio consistorial en museo donde recoger los 3.000 años de historia de la ciudad. El resultado es totalmente insuficiente. Si bien se muestran enseres y obras de arte muy intereasantes, lo cierto es que el Museo de la Logia es ridículo en comparación con otros museos históricos de ciudades similares a Sevilla. 3.000 años de historia dan para muchísimo más y Sevilla se merece un museo que explique al visitante su evolución a lo largo del tiempo.

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El Consorcio de Turismo puso en marcha el año pasado el Centro Temático de la Exposición Iberoamericana. Más que de un museo, deberíamos hablar de centro de interpretación, ya que recoge, a través de paneles, videos y pantallas táctiles, información sobre el legado de dicha exposición celebrada en Sevilla en 1929. La sede se encuentra en el Costurero de la Reina, un emplazamiento privilegiado desde el que parten diferentes rutas temáticas relacionadas con este importante legado. Si bien la idea es muy buena (el legado de la Exposición Iberoamericana es muy importante) creemos que se queda en la superficie, ya que se podría haber diseñado un gran centro de interpretación que recogiese la Historia de Sevilla en esta época además de piezas artísticas de los artistas de la época. Además, la difusión y publicidad de este espacio es prácticamente nula.
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Además de los museos públicos, Sevilla cuenta con varios centros privados, gestionados por fundaciones o por entidades privadas que se organizan en torno a variadas temáticas.

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El Museo de Carruajes es uno de los veteranos de la ciudad. Ocupa la iglesia y estancias aledañas del antiguo Convento de Los Remedios, en el barrio del mismo nombre. El museo muestra diferentes ejemplos de carruajes históricos y también cuenta con multitud de exposiciones y actividades temporales. También es muy popular por sus celebraciones, ya que acoge diferentes actos sociales privados. Tras su reforma interior, actualmente se está actuando en el exterior del edificio, adecentando sus cubiertas y muros exteriores. No le vendría mal una página web así como un horario más amplio que favorecieran su difusión entre sevillanos y visitantes.

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Otro Museo temático es el Taurino, ubicado en la Plaza de Toros. Además de varias salas, también se visitan diferentes estancias de la Plaza. Con más de 200.000 visitas en 2008 es el segundo museo más visitado por detrás del de Bellas Artes.

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La Catedral de Sevilla también cuenta con un pequeño museo que complementa la visita cultural del primer templo metropolitano. Acoge diferentes obras de arte sacro provenientes del propio templo y que sirven de antesala a la visita a la Catedral, una de las mayores del mundo y con un patrimonio artístico de primer nivel. (enlace)

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En la calle Cuna se encuentra el Palacio de Lebrija, visitable como Museo y que reúne una colección de mosaicos romanos que serían la envidia de cualquier museo del mundo. En el siglo XIX, la condesa de Lebrija sufragó las primeras excavaciones en la ciudad romana de Itálica y como era costumbre en la época, se quedó con las piezas que se iban encontrando. El resultado es un palacio que en su planta baja conserva impresionantes mosaicos (las estancias se fueron construyendo en función de las medidas de los mismos) además de esculturas y otra serie de objetos provenientes de Itálica. En la planta superior se conserva la vivienda privada de la familia nobiliaria, decorada al estilo decimonónico y que da idea de cómo era la vida de la aristocracia de la época. (enlace)

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Por último, los dos centros más recientes son el Museo del Baile Flamenco, un proyecto personal de la bailaora Cristina Hoyos y que con un montaje espectacular recoge el sentimiento del baile flamenco. El mayor hándicap de este interesante museo es, como ya dijimos, el alto coste de la entrada, lo que provoca que el 95% de los visitantes sean foráneos y que se convierta en un gran desconocido para el público sevillano. (enlace)

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Finalmente, el Centro de Investigación Diego Velázquez, nacido tras la compra del cuadro Santa Rufina por parte de la Fundación Focus Abengoa, es una de las iniciativas recientes más interesantes de la ciudad. Su colección permanente es muy reducida, pero es tan exquisita que recoge lo mejor de lo mejor para mostrar la época en la que se formó el joven Diego Velázquez. Pacheco, Roelas, Murillo, Montañés... son algunos de los artistas representados en el Centro, que además de la colección permanente (en constante crecimiento) organiza diversas actividades, ciclos y conferencias para estudiar la figura de uno de los sevillanos más internacionales. (enlace)

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Hasta aquí el repaso a los museos y centros expositivos sevillanos en un Día Internacional que debe servir para difundir su gran labor como epicentros de la cultura sevillana y como refugio de nuestra Historia. Hoy es su día, pero tenemos 364 días más para disfrutar de ellos. Desde aquí os animamos a visitarlos y no como algo excepcional, sino como parte de nuestra rutina cultural para ir conociendo nuevos detalles en cada visita.